Loïc Bruni tiene mucho, mucho talento. Pero, ¿en qué se basa el brillante futuro de este francés?
1. Es un tío rápido. No hace falta ni mencionarlo, pero el caso es que este chaval de 19 años y nacido en Niza es una auténtica bala. En 2012 ya cumplió parte de sus promesas y no se limitó a proclamarse Campeón Mundial Júnior, sino que también se adjudicó la general de la Copa del Mundo júnior. El año pasado terminó cuarto en Val di Sole y, por si fuera poco, firmó el segundo puesto en Leogang, por detrás de Stevie Smith.
2. Es francés. En la década de los 90 y a principios de este siglo, los riders franceses dominaban con autoridad en los años de oro del DH. Nico Vouilloz y Anne-Caroline Chausson aplastaban a sus rivales un fin de semana tras otro y Fabien Barel se llevó dos juegos de maillots arco iris, incluida su famosa victoria en casa, en Les Gets. Actualmente, a pesar de que sí cuenta con cierta presencia femenina en la élite, Francia carece de un dominador claro. Loïc es el competidor más potente en muchos años. Además, también va montado en una bici francesa.
3. Es un tío al que le gustan las ruedas grandes. El equipo Lapierre Gravity Republic fue una de las escasas formaciones participantes en la Copa del Mundo que se mantuvieron fieles a las ruedas 650B durante toda la temporada pasada. Nuestra previsión es que en 2014 habrá más gente que les imite y veamos nombres de relumbrón calzando estas medidas. Si las cosas se desarrollan de esta forma, un equipo que ya cuente con un año de experiencia tendrá cierta ventaja, ¿no?
1. Es un tío rápido. No hace falta ni mencionarlo, pero el caso es que este chaval de 19 años y nacido en Niza es una auténtica bala. En 2012 ya cumplió parte de sus promesas y no se limitó a proclamarse Campeón Mundial Júnior, sino que también se adjudicó la general de la Copa del Mundo júnior. El año pasado terminó cuarto en Val di Sole y, por si fuera poco, firmó el segundo puesto en Leogang, por detrás de Stevie Smith.
2. Es francés. En la década de los 90 y a principios de este siglo, los riders franceses dominaban con autoridad en los años de oro del DH. Nico Vouilloz y Anne-Caroline Chausson aplastaban a sus rivales un fin de semana tras otro y Fabien Barel se llevó dos juegos de maillots arco iris, incluida su famosa victoria en casa, en Les Gets. Actualmente, a pesar de que sí cuenta con cierta presencia femenina en la élite, Francia carece de un dominador claro. Loïc es el competidor más potente en muchos años. Además, también va montado en una bici francesa.
3. Es un tío al que le gustan las ruedas grandes. El equipo Lapierre Gravity Republic fue una de las escasas formaciones participantes en la Copa del Mundo que se mantuvieron fieles a las ruedas 650B durante toda la temporada pasada. Nuestra previsión es que en 2014 habrá más gente que les imite y veamos nombres de relumbrón calzando estas medidas. Si las cosas se desarrollan de esta forma, un equipo que ya cuente con un año de experiencia tendrá cierta ventaja, ¿no?
Loïc Bruni en acción en el Skyline Queenstown Bike Park de Nueva Zelanda el 29 de enero de 2014.
4. Es un tipo de la vieja escuela.
El año pasado, Lapierre nos regaló el estreno de su documental Life On Wheels, que relataba los altibajos de la competición en la Copa del Mundo. La atmósfera era de relax total, con Loïc disfrutando a todas luces, recorriendo el mundo junto a sus compañeros.
Se notaba una sensación de ligereza, de confianza y de aventura que no habíamos visto con Vouilloz, Barel ni Damien Spagnolo. Si Loïc es capaz de ponerse a 1,3 segundos de la victoria sin perder esa sonrisa, entonces está bien situado.
Si Loïc es capaz de ponerse a 1,3 segundos de la victoria sin perder esa sonrisa, entonces está bien situado
5. Es un corredor de raza, con pedigrí. El propio padre de Loïc, Jean-Pierre, es una leyenda del MTB francés, que compitió y ganó títulos nacionales e internacionales. Su nombre es sinónimo de triunfador en las carreras de Megavalanche y de la Avalanche Cup, así que los pedales se le dan razonablemente bien.
5. Es un corredor de raza, con pedigrí. El propio padre de Loïc, Jean-Pierre, es una leyenda del MTB francés, que compitió y ganó títulos nacionales e internacionales. Su nombre es sinónimo de triunfador en las carreras de Megavalanche y de la Avalanche Cup, así que los pedales se le dan razonablemente bien.
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